Visitar Puebla en los meses de Julio a Septiembre, inevitablemente, lo lleva a uno a probar un platillo sofisticado, que en sus ingredientes y hechura, simboliza una época de nuestra historia.Los chiles en nogada originalmente eran llamados “chiles bañados en salsa de nuez”, su creación fue en una cocina conventual y es uno de los atractivos gastronómicos de la ciudad.
El convento de Santa Mónica era un lugar especial para el arte culinario. En este ambiente se entendía al platillo, como lo más barraco en el supremo arte gastronómico, la combinación imposible de lo dulce y lo salado, lo suave y lo picante, en una presentación suculenta y lujuriosa que abre más de un apetito.
Los chiles guardaban la agradable sorpresa de sabores en su relleno, con la fruta de temporada: peras, durazno, manzanas, plátano, uva pasa, y piñones. El chile, relleno de ese manjar, se capea de harina y huevo batido, posteriormente freído en el sartén, para dar la apariencia dorada. Luego es bañado con la espesa nogada, a fuerza del queso de cabra, canela y el vino blanco; una salsa de nueces muy limpias y peladas muchas veces. Todo se complementaba con las semillas purpuras de las granadas procedentes de las huertas y el perejil; obteniendo nuestros colores patrios.
Este plato divino era conocido, degustado y aplaudido desde principios del siglo
XVIII. Sus orígenes de tan complicado platillo son más que lo documental, la tradición oral, la cual dicta que es un evento religioso originario de las cocinas, donde siempre se buscó el auténtico sabor, olor y consistencia.
El platillo de los chiles y la nuez causaron revuelo, debido a las dichosas cocineras conventuales que lo inventaron y compusieron para celebrar a su santo patrono, San Agustín, monje, teólogo, y uno de los cuatro doctores de la Iglesia latina, muerto el 28 de Agosto del año 430.
Desde finales del Siglo XVII, la receta de los chiles en nogada se había extendido a muchas casas particulares, aunque siempre se respetaba el que elaboraban las religiosas de Santa Mónica, aun cuando Agustín de Iturbide hizo su entrada triunfal en Puebla y degusto el famoso platillo.
Los chiles en nogada son originalmente poblanos, además de que son ricos en historia, leyenda y tradición, por lo que quedaron comprendidos dentro de la lista en el decreto del 3 de Marzo del 2010, que declara la gastronomía poblana como
¨Patrimonio Cultural Estatal Intangible del Estado de Puebla”.
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